lunes, 28 de diciembre de 2009

la 69

Pues no va de sexo, va de entradas creadas, aunque muchas no publicadas y otras apenas empezadas, y también va de la vida, la libertad y muchas sonrisas.
Andaba silbando un temazo por la calle cuando una chica joven que me crucé por la calle me sonrió. He dicho que no va de sexo. La susodicha sonrió como espejo de mi expresión. No se puede ver a alguien así y no verse contagiado en parte. Si no causa efecto en tí, en algo muy profundo andas metido, amigo. Pues yo con mi temazo, y el sol sin brillar, aunque ninguna falta hacía, seguí caminando por las verdes y poco cuidadas aceras de mi barrio. Entonces, encabezando la lista la de aquella chica, empecé a vislumbrar las sonrisas que me habían dedicado varias personas a lo largo de mi vida, y descubrí que no fueron pocas. Ojalá pudiera recordar las primeras, aquellas que se producían cuando yo no era consciente de lo que me rodeaba y la más minima carcajada que salía de mí producía sonrisas en los que me rodeaban. Pero no hacía falta, porque había muchas otras. Pero centrémonos en las últimas... veamos, la de aquella chica, la de la panadera al ir a comprar el pan, la de mi hermano al hacerle cosquillas, la de mi madre al bromear sobre la tele... la de aquella sirena, que cantando me atrae cada noche en medio del sueño y yo, imbécil de mí, la persigo sin alcanzarla hasta el momento en que acabo ahogado en el mar una y otra vez... en sus brazos, besando sus labios de sal, salvando las olas de aquel mar de un triste final. En ese momento es cuando ella sonríe y yo me asusto, porque claro, nada bueno puede venir de una criatura mitológica sobre la que siempre se ha dicho que es una de las perdiciones de los marineros. Sin embargo, ella tiene su cara, y nada puede impedirme olvidar el peligro y continuar donde lo dejamos.

Para sonrisa, la tuya, que hasta en sueños me persigue.
No iba de sexo, iba de algo más importante que eso.

sábado, 26 de diciembre de 2009

valiente

Es como un megáfono que nunca te impide hablar, gritar ni soltar el más mínimo gemido. Es como si tuvieras la boca abierta, las cuerdas vocales lubricadas y una voluntad sólida.
De nuevo, ves la rueda girando y tú puedes sumarte a su movimiento. Las puertas que te permiten alcanzarla están abiertas de par en par, sin recubrimientos ni bisagras de titanio.
"Escápate conmigo, déjame seguir diciéndote lo que siento", ¿a quién le importa que sea así? No es nada nuevo y las sonrisas ya empiezan a saturar la mañana. Gracias a ellas, de verdad evitas gritar.
El día que pliegues las alas será demasiado triste, o quizá un poco desesperanzador, pero nunca algo bueno. No hables a medias, no temas las cosas que ya te han sucedido. Si hay algo que sabes es que sabes avanzar, mostrar tu verdadera cara y que cualquiera que pase lo suficientemente cerca será capaz de apreciarlo. Así lo has hecho y así lo seguirás haciendo. Funciona porque la vida es así y las cuatro personas que se han acercado y te han visto sonreír se han parado para acompañarte al menos por un tiempo y todo ha vuelto a su cauce. No reces por que lo hagan una segunda vez, aunque muchas lo harán. Es, como dicen, agua pasada. Y tú piensas: agua bendita.

Otra vez, hablándole al espejo

viernes, 11 de diciembre de 2009

cobarde

Es como una mordaza que no sólo te impide hablar, gritar o soltar el más mínimo gemido. Es como si tuvieras la boca cosida, las cuerdas vocales cristalizadas y la voluntad quebrada.
De nuevo, ves la rueda girando y tú no puedes sumarte a su movimiento. Las puertas que te permiten alcanzarla están selladas herméticamente con recubrimientos y bisagras de titanio.
"Escapa tú sola, déjame seguir mintiendo", ¿a quién le importa que sea así? No es nada nuevo y las lágrimas ya empiezan a saturar la almohada. Gracias a ella, de verdad evitas gritar.
El día que despliegues las alas será demasiado tarde, o quizá demasiado pronto, pero nunca a tiempo. No hables a medias, no temas las cosas que ya te han sucedido. Si hay algo que sabes es que sabes quedarte atrás, ocultar tu triste cara y que cualquiera que pase lo suficientemente rápido sea incapaz de apreciarlo. Así lo has hecho y así lo seguirás haciendo. Funciona porque la vida es así y las cuatro personas que se han parado y te han visto llorar de repente tienen prisa de nuevo y todo vuelve a su cauce. No reces por que lo hagan una segunda vez. Es, como dicen, agua pasada. Y tú piensas: agua emponzoñada.

Otra vez, hablándole al espejo

jueves, 26 de noviembre de 2009

si no te escapas, se escapa

Una noche de verano de esas en las que dejas la ventana abierta para aliviar un poco el sofoco estaba yo durmiendo profundamente cuando un dulce y familiar aroma me hizo recuperar la consciencia. En un principio quise liberarme de él y volverme a dormir, pero me fue imposible. Aquella fragancia me mantenía en vela. Entonces decidí saltar al suelo desde mi ventana y caminar siguiendo su rastro. Según iba avanzando, la intensidad del aroma aumentaba. Mi pulso se aceleraba, mi cuerpo entero comenzaba a excitarse y, por lo tanto también mi respiración.
Me asomé a tu ventana y ahí estabas, durmiendo plácidamente, con las sábanas acompañando a las formas sinuosas de tu cuerpo, con el cabello suelto y el cuello descubierto. ¡De ahí provenía aquella delicia para el único sentido que parecía vital en aquel instante! Observé durante unos minutos el ritmo acompasado de tu respiración, los movimientos suaves que hacías y lo preciosa que siempre habías sido y estado, pero que parecía elevarse a lo divino en aquellas circunstancias.
Deseé que fueras mía, que yo fuera tuyo, que nos fugáramos de aquel lugar y dejáramos todo atrás para estar juntos. Deseé que en la vida los deseos alimentaran a la realidad dándole su propia forma. Olvidé todo lo que me rodeaba y me deleité con el momento, aprovechándolo antes de que pasara, y que tuviera que volver irremediablemente a la realidad.
El susto que me llevé al ver que abrías los ojos fue mayúsculo. Resbalé del alféizar de tu ventana y me di de espaldas contra el suelo. Te asomaste y te quedaste mirándome durante unos segundos, a la par que una sonrisa a la vez pícara y a la vez burlona aparecía en tu expresión. Entonces yo me levanté, me alcé por encima del marco y entré en tu habitación. En aquel momento volví a apreciar tu esencia y no volví a recuperar la cordura hasta la mañana siguiente, cuando desperté a tu lado.
Ahora busco que me busques y espero que me esperes, y que no se repita nada más que aquella noche y cada día sea algo nuevo, como siempre debería haber sido.

domingo, 22 de noviembre de 2009

lo que sea

Ni esto ni lo otro. Los llamados cuentos de hadas tienen su aproximación terrenal, lo has visto, lo has oído. Has creído estar en uno de ellos. Pero al final el cristal siempre se rompe. Pequeñas esperanzas que mantenían una mayor que las aglutinara y diera forma a lo que querías quedan diezmadas y sólo dejan el resto una esponja muy real y endeble que representa lo que antes era un espectro con cuerpo en proceso de materialización.
Es como si las nubes se arremolinaran sobre tu cabeza para descargarse o los semáforos se pusieran en rojo cada vez que llegas tú. Como saltar un campo de vallas en plena noche tormentosa y topar con la punta del pie en cada una de ellas para dar de bruces contra el barro. Igual que soñar, darte cuenta de dónde estás, intentar volar y no conseguir levantar dos palmos del suelo. Idéntico a estar escribiendo lo mejor que se te ha ocurrido en meses y quedarte sin inspiración llegado casi el punto final.
Son tantos los pétalos que cayendo en la noche rodean mi cuerpo sin ni siquiera rozarlo que cuando uno lo hace, un escalofrío lleno de placer lo recorre y antes de que me de cuenta el pétalo está en el suelo y otra vez ninguno se atreve a acercarse.

viernes, 9 de octubre de 2009

tonterías

La historia de aquél día comenzó con un retraso. Salí de casa casi media hora después de lo previsto. Todo empezaba a apuntar a que sería una mala noche. Aún así, llegué sólo diez minutos tarde, pero ellos no estaban allí. Entré al local a la hora adecuada y seguían sin venir. Y todo parecía afinar su puntería. Esperé durante una media hora más hasta que aparecieron, justo para coger mesa y relajarnos un poco antes de que comenzara el concierto.
Jamás un hombre había conseguido que me sintiera de esa manera. El vello de mis brazos se erizó en incontables ocasiones y yo no podía parar de sonreír. Canción tras canción, pero ella no aparecía. Ya se despiden, se presenta la banda, hacen un bis... pero todos queríamos más. Y justo cuando había perdido la esperanza, llegó. Todo el mundo en pie para recibirla. Yo no daba crédito. Estaba eufórico. No soñaba nunca con ella, pero sí una vez con un concierto como aquél. Al final el concierto en sí me llevó a ella. Hagan su deducción.

Al salir, Madrid estaba inundada y yo sin saber por qué. Dos veces pasé por su calle de camino al coche. En la segunda por delante de su portal. Entonces empecé a recordar y a pensar sobre las vueltas que da la vida. No sé cuantas porque van demasiadas como para haberlas contado. Yo diría que a camino entre cincuenta y cien. Había una luz en el segundo piso y se veían algunos globos pegados a las ventanas y las paredes. Más sugerencias... pero un bocinazo dirigido a mí me desvió de mis pensamientos.

Al fin llegué al coche y comencé la vuelta a casa. Puse mi nuevo disco y me relajé. Los cristales no cejaban en su empeño de empañarse, haciendo sombra a lo que podría haber sido. Al llegar a casa, ella estaba allí otra vez. Finalmente todo ya no parecía apuntar a donde apuntaba, sino solamente a ella.

Son sólo tonterías para no dormir.

miércoles, 7 de octubre de 2009

cómo llamarlo... ¿perspectiva? [14 - IX - 2009]

Las dos de la madrugada y mi cabeza no para de trabajar, de maquinar.
Increíble cuánta perspectiva se pierde cuando la vida de uno se para pero hay un asunto que no se puede detener. Hablo del parón que se produce en cada época de exámenes, o de máxima ocupación. Sí, hablas con una persona, con otra... pero nada avanza ni cambia. Hablaba de la perspectiva. Hasta que no se ha detenido lo único que faltaba no he podido darme cuenta de cuán inevitable era que todo se desbocara y acabara mal. Una nueva temporada se aproxima: nuevas materias, nuevas metas, nuevos objetivos, gente, acontecimientos... ¡ilusiones! Ahora, desde esta nueva posición, soy capaz de ver todo con más claridad. La mala racha pasó (suerte que solamente fueron unas semanas). Y las cosas no se ven ni por asomo de la misma manera que pintaban. Tal vez fue la nostalgia, el acabarse de un gran verano, o tal vez fue eso, la falta de perspectiva. Al final, sin más perjuicios. ¿Volverán aquellas cosas que dejé que se perdieran entre la bruma y la confusión? No lo sé, pero ahora yo tomo las riendas y ninguna obligación matará mi libertad.
Ya no hay nada que lo sea todo. Todo para mí es todo.
Una sonrisa vuelve a mi expresión.

lunes, 5 de octubre de 2009

suma y sigue

Y la vida continúa. La gente viene y se va... incluso los que parecían estar para largo rato pronto pierden el interés, cosa que a veces te pasa a tí también. Triste, pero cierto. Pueden guardarse bajo falsas apariencias que nada te dicen de cómo pueden salir de repente en cierto momento, ni de cómo de un día para otro eres todo o no eres nadie. Si la vida es así, menudo desenfreno. Por suerte, siempre están esas personas que, contadas con los dedos de las manos (y tal vez de algún pie, ya que puedes mover esos dedos también, al menos de momento) siguen ahí y no se van por mucho que su cara se desvanezca de tus recuerdos en ciertos momentos de la vida. Te encantaría que a veces otro dedo asomara de entre el montón y de hecho lo hace, pero de repente se esconde y decides que no quieres alzarlo más, o en algunos casos, que se duerma un rato.

Mientras tanto, sigues construyendo lazos en salidas, noches de fiesta, visitas fugaces, conciertos (próxima parada, Luis Ramiro) y demás.

Mis brazos (con sus manos en los extremos, los cuales a su vez tienen... adivinad qué... ¡dedos!) están abiertos a cualquiera, aunque algunos pueden hacer que se los cierre. Por suerte, esa gente ni se pasa por aquí, así que difícilmente puede sentirse aludida. Y si lo hace, y se siente así, tal vez se equivoque...

Nada de montar números para hacerse notar... ser uno mismo es suficiente, y seguir los propios deseos necesidad de fuerza mayor.

lunes, 28 de septiembre de 2009

carretera con salida perpendicular en cada jornada de viaje (¿o tal vez prácticamente paralela?)

Es difícil tomar una decisión cuando hacerlo implica enfrentar dos facetas o dos hechos que se encuentran en tu personalidad. Por un lado, y no voy a hablar de la decisión, puede estar el miedo a perder la tranquilidad con la que vives día tras día, ese bien estar que proviene de tener todo cuadrado y en el lugar donde deseas tenerlo, a parte de ir ganando terreno en la búsqueda de cumplir deseos. Por otro lado, está seguir a la curiosidad y sentirse atraído por la idea de echarle narices al asunto aceptando enfrentarse a las posibles pero imprevisibles consecuencias. Los beneficios de tomar una de las decisiones podrían ser mayores, pero ya sabes, el riesgo es mayor. Nunca hay una apuesta segura. Tal vez habrá que esperar a que alguien decida por ti, o confiar en que siempre y cuando tú predispongas la situación, funcione naturalmente sin que haya que tomar una decisión, simplemente que el dejarse llevar haga su papel. O tal vez simplemente hay que decidirse y optar por la opción difícil ya que, al fin y al cabo, existirá siempre que no la hayas tomado aún. Sí, te trae varios dolores de cabeza y no desaparecerán hasta que renuncies definitivamente a ella o la tomes, dando fin a la situación.
Quién sabe, tal vez ni merezca la pena el riesgo, pero hay que estar muy seguro. A veces no puedes dejar a tu estado de ánimo ni a un arrebato la toma de una decisión, por mucho que te gustaría.
Mientras tanto, mantente a la espera

martes, 22 de septiembre de 2009

abandono al atardecer

Varias semanas habían pasado desde que su vida había dado aquel giro. Las cosas no hacían más que mejorar y mejorar. Prácticamente todo iba bien, cuando volvía de la universidad escuchando música bailaba, saltaba. Sonreía y se reía de sí mismo cuando se miraba al espejo y se veía haciendo el tonto como nunca. Veía a parejas jóvenes con carritos de bebé y se asomaba a ver esas inocentes caritas llenas de paz. Veía a las parejas también jóvenes que aún lejos estaban de comenzar una familia tumbadas en los jardines y no las envidiaba como solía. Le sobraba la energía y salía a correr, a mirar el cielo, a observar a los pájaros.
Entonces recordó aquel día en que todo le parecía perdido y, paseando solo, fue a sentarse al borde de un pequeño barranco a observar la puesta de sol. Empezó a rememorar varios recuerdos, varios sentimientos afloraban... pero no importaba, estaban solos él y el resto del mundo, con el cielo enrojecido y gritó en silencio al aire por la sensación que lo invadía. Sonrió al Sol que lo abandonaba y lo hacía dejar todo un poco atrás, restarle importancia a cualquier pensamiento triste...
Por ello sintió que quería unir su pasado y su futuro y con ellos amasar su vida y sus esperanzas. Poco a poco recuperó la confianza, visitó a viejos amigos, recuperó a algunos que había perdido en el camino y, por supuesto, buscó otros nuevos. Sus sensaciones adquirieron más tonalidades que nunca y volvía siempre que podía a contemplar el abandono solar consiguiendo renovar las energías y siempre encontrar nuevas motivaciones.

Sea todo bienvenido.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

un solo reflejo de noche

Miraba fijamente el andén de enfrente hasta que su tren le tapó la vista. Como siempre, buscó un sitio sin nadie alrededor y cambió de canción.
A los pocos segundos de cerrarse las puertas de la parada donde debía cambiar de andén, se dio cuenta de que se le había pasado. Cuando hubo llegado a la siguiente estación, tomó un tren de vuelta y aquella vez si bajó. Pasaron diez largos minutos hasta que llegó el que debía coger.
Volvió a buscar un sitio similar y cerró los ojos durante unos minutos. Cuando los abrió vio que una mujer lo estaba mirando. Mantuvieron la mirada fija hasta que un viajero se cruzó entre sus miradas, lo cual hizo que ambos dejaran de observarse. Al poco tiempo volvieron a mirarse un par de veces de manera fugaz. Él pensó que era preciosa, que no cuadraba en aquel tren. Harto de juegos e ilusiones comenzó a mirar por la ventana, hasta que se dio cuenta de que veía el reflejo de ella, mirando a su vez por la ventana que quedaba junto a su asiento. Siguió observándola, esperando que girara su cabeza, ya que temía mirarla directamente y que no volviera a mirarlo. Aquello no sucedió.
Volvió a casa con la sensación de haber cometido un grave error y decidió intentar volver siempre alrededor de esas horas, recorriendo todos los vagones cada vez, hasta que un día desistió. Siempre le había parecido absurda su actitud, no entendía cómo podía hacer aquello, aunque siempre esperaba con ansia encontrársela en cada nuevo vagón, una y otra vez topándose con la decepción.
Nunca se le ocurrió ni llegó a saber que ella había pasado el resto de aquel trayecto mirándolo a él del mismo modo, a través del reflejo, que no alcanzó a reflejarlos por segunda vez y hacerles darse cuenta de que a veces las ilusiones están al alcance de la vista.

viernes, 4 de septiembre de 2009

libertad buscada

Quiero huir, quiero vivir, quiero sentir el viento azotando mi cara y mi pelo.
Al fin me decido, cojo el coche, sin mirar atrás, me descalzo y libero a mis dedos del dolor de las ampollas que me salieron entre ellos y siento los pedales como nunca, ahora sí soy su dueño.
Acelero, me pongo a velocidad de crucero y me relajo. No miraré más un puto retrovisor.

Llego a mi destino, me calzo y salgo del coche. Las ampollas siguen ahí, al igual que mi determinación. Sólo habrá que lidiar con ambos. A ver qué desaparece antes.

Ahora decido yo a dónde voy y nadie ni nada me dirá qué hacer. Las señales no llevan a ningún lado, solamente mi corazón puede guiarme.

Se busca/n compañero/a/s de viaje.

Basado en un viaje REAL.

martes, 11 de agosto de 2009

una vida de desesperación

Una llamada lo despertó en medio de la noche. Otra llamada equivocada, pensó, aunque sin embargo lo cogió.

- ¿Diga? - Un silencio prolongado siguió a aquello, hasta que alguien contestó.
- Ella... está muy mal, la acaban de ingresar en el hospital.
- ¡¿Cómo?! ¿Qué ha pasado?
- Iba en un coche, con unos amigos... todos están despiertos y fuera de peligro, excepto ella. - La madre rompió a llorar y él, con las lágrimas bien asomadas, dijo:
- Voy de camino.

No fue capaz de conducir del tirón, tuvo que pararse varias veces porque su cuerpo no le respondía bien del todo. Varias veces estuvo apunto de chocarse él también, aunque no deliberadamente. Cuando llegó al hospital, encontró allí a la hermana y la madre de ella.

- No despierta... ha perdido mucha sangre... está muy mal, mi hija está muy mal... y yo no puedo hacer nada por ella - volvió a llorar y su otra hija la abrazó.
- Seguro que se pone bien, mamá, todo va a salir bien.

Él se acercó... tenía la misma expresión de paz que cuando la observaba - excepto por el color, que prácticamente había desaparecido - mientras dormían juntos. Le acarició suavemente la mejilla y acto seguido cogió la mano de ella y la encerró entre las suyas. Entonces, inexplicablemente, ella abrió los ojos...
...y le sonrió.

- Sabía que eras tú... el roce de tu mano es inconfundible.
- ¿Cómo te encuentras, mi vida?
- No siento prácticamente nada. Sé que me estás cogiendo la mano, pero no lo noto... -a él se le paró el corazón por un instante, y luego reanudó su acelerado ritmo otra vez, con un golpe muy fuerte-. ¿Y los demás?
- Están todos bien, no te preocupes... y tú te vas a poner bien. Quédate conmigo... Te quiero.
- Prométeme que si algo pasa... estarás bien.
- No te preocupes por mí ahora mismo, no va a pasar nada.
- Prométemelo, por favor.

Él sabía que no sería así. Nunca jamás podría recuperarse de eso. La había querido como a nadie en su vida, más que a todas sus anteriores amantes juntas, y eso era poco en comparación. Estaban a punto de irse juntos a vivir al centro de la ciudad; en un par de días iban a coger el coche hacia la otra punta del país juntos, solos. No eran como las demás parejas. Eran capaces de tener cada uno sus historias separadas; no se veían ni hablaban todos los días por sistema, sólo cuando les apetecía, aunque ella y él sabían que no pasaba un minuto sin que él y ella tuvieran una parte de su mente reservada al otro, con esa presencia permanente que algunos conocen -no, definitivamente, no se recuperaría del todo de aquello, aunque ella sobreviviera.

Pero antes de que contestara... ella sonrió y cerró los ojos.
Ésta vez, para no abrirlos nunca más.

Y así comenzó el título de esta historia

martes, 28 de julio de 2009

ser

Sientas lo que sientas, lucha por mantenerlo... no duermas tus pensamientos ni los ocultes cuando quieras extenderlos. No te dejes intimidar por unas malas o unas buenas palabras. Está bien si dudas, si te caes, y más si te levantas. A veces sólo es necesario eso para seguir adelante, ser fiel a uno mismo y esperar que existan almas afines con las que compartirlo todo o nada. Y aunque a veces todo parezca darte la espalda... podrás tener un mínimo consuelo.

jueves, 25 de junio de 2009

esperanza

Se lanzó a lo que podía ser una caída sin fin, el más negro de los pozos... y todo, porque no quería sino vivir, sentir, volar...

Pero no resultó en un descenso a lo más profundo, sino que voló muy, muy alto. Tanto que debajo de sí solo había nubes y más nubes. Llegado el momento de la verdad, una corriente de aire lo hizo tambalearse, pero su empeño no cedió y dejó de volar, ya que sus alas estaban agarrotadas y se abandonó cerrando los ojos sin mirar atrás, descendiendo tan lentamente que a veces el viento lo elevaba sin esfuerzo.

Miles de lugares recorrió sin darse cuenta, cientos de costas y montañas vislumbró. Pero él lo único que quería era disfrutar de aquello como nunca y esperar a poder volar otra vez, y abrir los ojos y observar la inmensidad del océano, y batir sus alas con unas renovadas fuerzas, motivado por las viejas y nuevas experiencias. Y sobre todo... sonreír y tomar las riendas de su destino con la fuerza de su corazón, alimentado por la pura y máxima felicidad.

descontrol [escrito el 5/V/2009]

Todo sería perfecto... si tu sangre fuera mía. Todo sería perfecto... si la lluvia mojara nuestros huesos desde aquel día. Todo sería ideal... si algún día nos hubiésemos cruzado por la calle... solos, buscándonos como un alma partida que quiere volver a ser una... uno seríamos tu y yo, y dos los días que tardarías en enamorarme... el primero... previo a la medianoche en que mi mirada se posara en ti y el segundo el nuevo día que haría desbocarse a mi corazón como el mar embravecido en una tormenta.
Si mis palabras se suspenden, es porque buscan que la imaginación las selle y no salgan nunca más, permaneciendo como alimento para mi ser, alimento que se agota y que no podrá ser reemplazado si no es por tu entera esencia.

sábado, 23 de mayo de 2009

imparable

Vuelve a ser quien era antes. Nada le detiene y nada le hace cambiar de dirección y, por supuesto, mucho menos de sentido. Hasta que no llegue a donde quiere no parará y ningún obstáculo le hará tomar desvíos ni ralentizar su marcha.
Pero al querer saltar un muro de plomo que encontró al saltar perdió la mitad de su determinación y algún que otro miembro, pero sigue avanzando con el mismo ritmo, o eso espera...

preciosa tormenta

Simplemente, precioso. La furia titánica del tiempo en la noche hace iluminarse el cielo por momentos, ensordece los oídos y empapa hasta los huesos. Quién diría que con tanto ruido se podría alcanzar tal tranquilidad. Sonrío a las inclemencias, a la tormenta, a la lluvia y a su arrasador transcurso. Cómo expresar el bienestar que me invade y la perfección que inunda mi mente.

jueves, 21 de mayo de 2009

sombras en mi mente

¿Cómo decir lo que se siente y se piensa, sin ser malinterpretado? Puedo expresar todos los sentimientos latentes que llevo dentro, y parecerá que son sentimientos despiertos. Pero no, la gran mayoría son sentimientos deseosos de estallar en mi corazón y salir por mi boca, de hacerse realidad. Si hablo del amor, hablo de qué siento cuando me imagino enamorado o queriendo a la vida. Si hablo de la tristeza, hablo de qué siento cuando me imagino triste. Si te digo... vamos a volar juntos... quiero decir, que ojalá algún día volemos juntos. Pero no ahora, porque aún no siento lo que debería para realmente hacerlo.
Sueño con un día en que mis sentimientos sean sobre algo real y no sobre sombras en mi mente, es decir, de mundos inexistentes o cosas que tal vez nunca lleguen a ser. Sólo queda lanzarse a la aventura, para no tener que decir en un futuro que no sentí aquello que una sombra me hizo vislumbrar.
Y el mayor error cometido de todos es guardarme para mí mismo lo que pienso y lo que siento y enterrarlo. Crearme un mundo apartado de la realidad, donde sería feliz y construir un mundo real, pero falso, donde seré desgraciado por propia culpa. Tú, la persona que está leyendo ésto, párate a pensar si estás haciendo algo por cumplir tus ideales, pregúntate si tu vida es una mentira. Porque si es así, basta ya, somos demasiados idiotas en el mundo y, créeme, más de los que debería haber. Apóyate en las personas que te encuentres en la vida para alcanzar tus metas, siempre con una sonrisa y tratándolas como fines, y no como medios para alcanzarlas, porque, al fin y al cabo, son una gran parte de tu meta.

jueves, 7 de mayo de 2009

sin escapatoria

Un muro, un dique. Eso es lo que te vuelves a encontrar día tras día. Cuando no sabes si hay algo ahí solo falta mirar a la puerta y ver que se está cerrando para averiguar que quieres lanzarte contra ella, incluso cuando del otro lado ya no se aprecia ni una rendija de luz.
Día tras día, mes tras mes. Es la historia que se repite. Sólo conseguiste abrir una puerta cerrada una vez, aunque te pilló los dedos cuando apenas te habías asomado. La nueva lo que tiene es cerrojo blindado, de ese que no se ve hasta que es tarde para comprobar si se podía entrar, y entonces es cuando comienza la lenta combustión de tu corazón. Una llama que sólo puede ser apagada operando a corazón abierto y probando con un extintor (eso sí, esterilizado) casi agotado. Lo único que puedes conseguir con eso, casi con total seguridad es hacerlo explotar, precipitando su ignición.
Sólo esperas que al otro lado de esa puerta, ella consiga llegar a abrir aquella contra la que se lanza, y que tu habitación tenga puerta trasera, porque si no, no hay escapatoria... sólo una celda y, por si fuera poco, sin acolchar.

martes, 5 de mayo de 2009

no te vayas... vuelve

¡Qué rápido vuela la imaginación y aparece la inspiración! Tan pronto una musa flota por mis pensamientos que una alimaña se la lleva y sólo deja inseguridad... inseguridad sobre si algún día las letras volverán a fluir encadenadas para formar algo realmente interesante e importante para mí.
Tú ya no estás... y hasta que no vuelvas solo seré una mente inservible.

jueves, 30 de abril de 2009

¿me está fallando el razonamiento, o quizás no?

La vida te sorprende. Tan pronto das por supuesto una realidad como se te presenta una nueva si más, sin esperarlo. Todo lo que conocias parece polvo, un fantasma, y sólo se mantienen las personas, sin ni siquiera personalidad, sólo físicamente. No te puedes fiar de tus instintos y tienes que estar atento a cada cambio, porque puede significar un cisma entre tu vida anterior y la que a partir de ese mismo momento vivirás.

miércoles, 22 de abril de 2009

juntos, perdidos...

De tu mano recorreré aquellos paisajes donde el verde es infinito y la humedad inunda el aire. Me llevarás por los enormes acantilados contra los que el mar ruge embravecido y las olas alzan su espuma tras inútiles ataques. Yo te guiaré por las sendas que son engullidas por el bosque y nos perderemos entre los árboles centenarios, que tantos amores han visto, pero ninguno como el nuestro. En aquel lugar donde tú y yo, con la espesura somos uno te tomaré de la mano y nunca, jamás la soltaré.

miércoles, 15 de abril de 2009

déjame vivir en paz

Cuando cierro los ojos, no hay negro, no hay blanco, no hay color
Sólo tú ocupando todos mis pensamientos
Hasta que despierto, y tu recuerdo se desvanece
Aún te busco... aun sin saber algún día te encontraré

viernes, 27 de marzo de 2009

sueños recordados

Últimamente ando tan perdido, que lo único que llega a guiar mis decisiones son las sensaciones que me producen ciertos sucesos que ocurren en mis sueños. No hablo de decidir dejarme el pelo largo, o cambiar de estilo de ropa, no. Hablo de descubrir qué y a quién quiero en mi vida, abrir los ojos ante qué es lo que realmente puede hacerme sentir feliz.
Como ejemplo, relataré mi sueño del otro día (hay que rellenar, porque los sueños son demasiado abstractos como para obtener muchos detalles, pero según el contexto, y como es mi propia mente la que los crea, me tomo la licencia de completarlos):
con una edad muy parecida a la que tengo ahora, tenía una vida completa: amigos, ocupaciones interesantes... y una compañera, una cómplice, un alma ligada a la mía con la que me compenetraba al completo. En cierto momento decidimos casarnos, y unir nuestros destinos por siempre. En ese momento sentí unas emociones distintas de las que suelen teñir los sueños (miedo, angustia, alegría...). Era un sentimiento que me decía: has completado lo más importante de tu vida. No hay nada que pueda arrebatarte lo que has conseguido. Si hay alguien que pueda serlo todo para tí, ahí está, unida totalmente a tí.
Desde luego, mucha gente busca el éxito profesional, la abundancia de bienes, una implacable salud... Yo me conformo con formar una familia desde el amor, la confianza... desde una relación con una mujer con la que pueda sentir todo lo que he explicado.
¿Tendrá reservado el futuro algo así para mí? Espero que sí

viernes, 20 de marzo de 2009

Sin tí no siento

Las flores no son flores si tu aroma no las acompaña. El más hermoso de los paisajes no es nada si no puedo girar mi cara y ver tu precioso rostro admirándolo. Tampoco la más bella de las melodías cobra todo su sentido si tu dulce voz no me susurra al oído que me quieres, que me anhelas. Ni siquiera la más suave de las superficies supera el tacto aterciopelado de tu piel y el manjar más exquisito jamás alcanzará el sabor de la miel de tus labios moviéndose contra los míos.

fuera de mí

Caminando por la calle, chocándome contra las farolas.
Mil besos que se desvanecen en el aire
Por no encontrar unos labios que los recojan

¡Ay! Preciosos ojos aquellos que mi mente,
dolorida, hastiada y siempre recordándote,
dibuja ante mí cuando tú no estás presente

miércoles, 18 de marzo de 2009

sincronía

Hay melodías mejores para invierno, otras para verano.
Hay melodías mejores por la noche, otras de día,
pero nuestras respiraciones sobre el silencio y la penumbra
superan cualquier emoción que podamos experimentar

martes, 3 de marzo de 2009

esperar o actuar

Miro lo escrito atrás y no veo más que idas y venidas de ánimo: tan pronto un grito desesperado de soledad como un agradecimiento a la vida que me proporciona intermitentes momentos de quietud mental y felicidad momentánea y son sin duda los segundos los que elijo. Cada día me doy más cuenta de que es mi vaguedad la gran barrera entre yo y mi felicidad (de momento soy yo más importante que ella) y no digo que sea un infeliz, ni mucho menos, pero sí podría hacer grandes progresos en romper la rutina, en ampliar amistades y, en definitiva, ser un ser más completo. La de horas que he perdido sin hacer nada, o haciendo cosas poco productivas... menos mal que (a diferencia de lo que dicen muchos) la vida es larga y hay oportunidades para todo, aunque tal vez alguien mayor que yo lo vea de otro modo, yo de momento conservo la esperanza en que la vida pueda dar giros inesperados que puedan hacerla más emocionante.
Por esos giros seguiré viviendo y esperando, por la curiosidad de ver cómo voy y se va escribiendo mi vida y la de los que me rodean y me puedan rodear en un futuro, por la esperanza, al fin y al cabo, de que lo que está mal se solucione y lo que ya está bien mejore

lunes, 2 de marzo de 2009

cadenas

       Desde la ventana saltó, pero no, no cayó, sino que voló. Sus gritos al cielo estremecieron y del aire se hizo dueño sin que nada lo pudiera evitar. En el momento en que su hogar dejó de apreciarse no volvió más la vista atrás y cerró los ojos, vislumbrando su sueño, roto por momentos e imposible de recomponer. Sólo era una lejana sombra de lo que un día fue, una imagen nítida muy cercana a la realidad.

       Jamás podrá volver a volar si recorre su camino hacia atrás, pues una pequeña vacilación en su determinación lo haría caer hacia las más profundas oscuridades del océano, donde su espíritu se ahogaría.

       Hacia una nueva isla se dirige al encuentro de su futuro, no mirará atrás, seguira su camino. Una nueva vida le espera, una nueva motivación y un reluciente destino.

       De repente despertó, sin haberlo deseado. Esta nueva sensación se desvaneció, recordándole que todo sigue en su lugar, y muy lejos queda olvidar, y dejarlo todo atrás.

miércoles, 28 de enero de 2009

hueco

Y ver cómo se desvanece el tiempo, cómo atraviesa mi piel cambiándola tanto y a la vez tan poco. Los sueños que al despertar me persiguen no significan nada. La lluvia no moja mi pelo, el viento no me hace cerrar los párpados. ¡El frío! Me río yo del frío que alcanza mis huesos antes de que mi carne lo sienta. Ni siquiera el Sol deslumbra como debería. La luz de la mañana no me dice nada, sólo que he dado una vuelta más, y no porque mi cuerpo quiera.
¿Mejor estar quieto y no merecer nada? ¿Mejor intentar y caer, e intentar y caer de nuevo hasta merecerlo todo? Cada día es más tarde, y más pronto está el olvido. Nunca sientas que algo permanecerá, porque no es así... Todo cambia y nada ni nadie se para a apreciar. Prisas y más prisas, nunca hay tiempo.