viernes, 4 de septiembre de 2009

libertad buscada

Quiero huir, quiero vivir, quiero sentir el viento azotando mi cara y mi pelo.
Al fin me decido, cojo el coche, sin mirar atrás, me descalzo y libero a mis dedos del dolor de las ampollas que me salieron entre ellos y siento los pedales como nunca, ahora sí soy su dueño.
Acelero, me pongo a velocidad de crucero y me relajo. No miraré más un puto retrovisor.

Llego a mi destino, me calzo y salgo del coche. Las ampollas siguen ahí, al igual que mi determinación. Sólo habrá que lidiar con ambos. A ver qué desaparece antes.

Ahora decido yo a dónde voy y nadie ni nada me dirá qué hacer. Las señales no llevan a ningún lado, solamente mi corazón puede guiarme.

Se busca/n compañero/a/s de viaje.

Basado en un viaje REAL.

1 comentario:

Lina dijo...

Si no me fuese a Inglaterra tendrías ya una compañera...tiene buena pinta ese viaje a algún-lugar-lejos-de-todo. Te visualizo en algún acantilado o playa fría del norte, con viento y nubes de tormenta. El mar es como la libertad, hay que vivirlo como algo eterno aunque tenga sus límites.