Desde la ventana saltó, pero no, no cayó, sino que voló. Sus gritos al cielo estremecieron y del aire se hizo dueño sin que nada lo pudiera evitar. En el momento en que su hogar dejó de apreciarse no volvió más la vista atrás y cerró los ojos, vislumbrando su sueño, roto por momentos e imposible de recomponer. Sólo era una lejana sombra de lo que un día fue, una imagen nítida muy cercana a la realidad.
Jamás podrá volver a volar si recorre su camino hacia atrás, pues una pequeña vacilación en su determinación lo haría caer hacia las más profundas oscuridades del océano, donde su espíritu se ahogaría.
Hacia una nueva isla se dirige al encuentro de su futuro, no mirará atrás, seguira su camino. Una nueva vida le espera, una nueva motivación y un reluciente destino.
De repente despertó, sin haberlo deseado. Esta nueva sensación se desvaneció, recordándole que todo sigue en su lugar, y muy lejos queda olvidar, y dejarlo todo atrás.
lunes, 2 de marzo de 2009
cadenas
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