Han pasado sobre dos semanas sin escribir nada. No es nada extraño, tampoco he escrito mucho ni era un hábito, pero a veces sienta bien escribir cosas, aunque casi (y digo casi por mis dos lectoras declaradas, aunque tal vez alguna se haya descolgado, jaja) nadie lo lea. Algún mal sentimiento se me escapa cuando sé que tal vez alguien lea lo que he escrito. Todos los días me pregunto por qué elegí ser normal. No sé si es bueno o no, sé también que aún no es tarde para tomar un camino opuesto al que sigo (no me refiero a abandonar mi vida, cosa que no puedo hacer, claramente) y se pueden descubrir nuevos gustos, nuevos amigos, gente que tal vez siempre haya estado cerca pero nunca realmente cerca, nuevas experiencias, en definitiva. Por desgracia eso lo tengo aún muy lejos. Estoy apalancado en la asquerosa rutina, en la mañana semialegre y en la noche desesperante.
También veo el camino que sigue mi hermano de dos años, cada día más consciente y despierto. El camino que sigue mi hermana, nada lejos del mío, de ser uno más del montón, de no permitir a la mente abrirse y funcionar a su manera más vaga. Quiero decir a todo el que se haya pasado por aquí que si tiene la oportunidad, deje volar su mente, o lea, o piense en realmente qué es lo que quiere, en cómo ve el mundo... en fin, todo lo que pueda hacerse distinto de la rutina. Que nadie espere grandes reflexiones filosóficas, a casi nadie le sale eso, y cuando sale, es repetido sobre lo que ya está pensado. Ojalá encontrara en mis planteamientos la manera de escapar de todo esto (la rutina) y, por desgracia, siempre acabo llegando a la misma conclusión (tal vez solución), encontrar una persona con la que ser más, con la que expresar todo sin ningún temor (claramente, una pareja, pero no solo eso, sino también un cómplice, alguien que sea capaz de entenderme totalmente. Porque puedes leer todo lo que quieras, escuchar toda la música que quieras, pero yo, por mi parte, prefiero conversaciones bilaterales (o como se diga) en directo. Nada como un buen rato con un buen amigo. Incluso con un desconocido, aunque todavía estoy esperando el día en que un completo desconocido se me acerque solo para charlar, por lo que sea, o el día en que yo me disponga a ello, con quien sea. Aunque creo que eso solamente pasa en las películas, sería realmente interesante. Bueno, lo único que he hecho ha sido divagar y escribir lo que me venía a la mente. Lo diré siempre, y parece que es que quiero justificarme cuando no tengo nadie ante quien hacerlo (vaya, me contradigo), pero yo escribo y lo lee el que quiere. Nadie anuncia aquí una gran bitácora, unos grandes textos o un historión. Soy solo yo intentando escribir lo que me viene a la mente, para pasar un rato ameno, porque, todo hay que decirlo, esto es entretenido.
Suficiente para mí
No hay comentarios:
Publicar un comentario