viernes, 20 de junio de 2008

día en blanco [antiguo blog - 29/05/2008 00:38]

Agobio... con la vida, tanta espera, tanta búsqueda termina en la pasividad, en vivir sin sentir la vida. Nada hay por hacer, solamente esperar, esperar, esperar...
esperar.
A regañadientes con la vida, en una de éstas le daré la espalda, me enfrentaré a mi propio destino (y digo destino, pero no me refiero a una vida definida, me refiero a un patrón, a algo que ya existe de alguna manera, pero que aún no llega, y solamente es evitable tomando una actitud activa y marcando un rumbo propio) y me reiré de él, hasta que otra vez vuelva a atraparme. Sí, lo veo así, ahora entiendo por qué lo llaman "la fatalidad del destino", porque es como un agujero negro de el que no se si es posible escapar.
Empiezo a irme por las ramas, como siempre, pero bueno, es básicamente lo que hago cuando me pongo a escribir, y no me permito parar, así que la única manera de seguir es simplemente escribiendo lo que llega a mi cabeza.

Hoy es un gran día, un gran día de mierda, en el que he perdido mucho el tiempo gracias a mi oportunísimo dolor. Gracias, sea lo que sea que me lo ha provocado. Estudiar en verano está genial. Ojalá fuera capaz de agobiarme y de tomar conciencia de que perder el tiempo no lleva a ningún lugar.

Y escribía, solamente, porque lo estaba dejando y necesito tomar un hábito, de escribir lo que me de la real gana y la gente pueda leerlo, y que le guste, o no, pero yo, francamente, lo necesito, porque podría escribir todas estas cosas y guardármelas para mí, y aunque alguno pueda pensar que estoy loco por cómo cambio de tema, cómo digo lo que me viene a la cabeza, necesito saber que existe la posibilidad real de que alguien lo lea (y no sabía que realmente alguien pudiera tomar interés, como ha ocurrido). Íntimo o no, es lo que escribo y me ocupa una millonésima parte de mi tiempo y es una millonésima parte de lo que se me pasa por la cabeza.

Sin más, a la cama, a reparar el coco.

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