Esa luz que andaba buscando, que jugaba conmigo tratando de engañarme, de crearme falsos sueños, de llevarme a ningún lugar...
Esa luz hoy la vi, más clara que nunca, pero, sin embargo, sin aún todo su esplendor, ya no me lleva por un camino oscuro, sino que puedo, al menos, ver las lindes y saber que no es una vía muerta. Otra cosa es que esa luz no se apague y me vuelva a abandonar en medio de la noche, sin dejarme siquiera ver las estrellas, sin permitirme respirar.
La vida ha despertado, con pulso leve y un borroso futuro. Tal vez vuelva a desaparecer, tal vez no se vaya nunca.
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