Ni esto ni lo otro. Los llamados cuentos de hadas tienen su aproximación terrenal, lo has visto, lo has oído. Has creído estar en uno de ellos. Pero al final el cristal siempre se rompe. Pequeñas esperanzas que mantenían una mayor que las aglutinara y diera forma a lo que querías quedan diezmadas y sólo dejan el resto una esponja muy real y endeble que representa lo que antes era un espectro con cuerpo en proceso de materialización.
Es como si las nubes se arremolinaran sobre tu cabeza para descargarse o los semáforos se pusieran en rojo cada vez que llegas tú. Como saltar un campo de vallas en plena noche tormentosa y topar con la punta del pie en cada una de ellas para dar de bruces contra el barro. Igual que soñar, darte cuenta de dónde estás, intentar volar y no conseguir levantar dos palmos del suelo. Idéntico a estar escribiendo lo mejor que se te ha ocurrido en meses y quedarte sin inspiración llegado casi el punto final.
Son tantos los pétalos que cayendo en la noche rodean mi cuerpo sin ni siquiera rozarlo que cuando uno lo hace, un escalofrío lleno de placer lo recorre y antes de que me de cuenta el pétalo está en el suelo y otra vez ninguno se atreve a acercarse.
domingo, 22 de noviembre de 2009
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2 comentarios:
Tienes razon, no es bueno. En tu caso nunca es bueno que empieces a escribir. Aun asi, me gusta. Echaba mucho de menos leer algo y que se me empañase la vista. Que desencadeno esto tras un mes en blanco??
Sigo sin encontrar la palabra...es una carniceria donde venden pezuñas de vaca, ojos, corazones de cerdo y cosas asi.
Casquería
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